Crecimiento. Primera parte. Al aire libre

hermano

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Cultivar marihuana puede ser una experiencia interesante y gratificante, o puede ser un proyecto complejo y costoso. La buena noticia es que, incluso en un pequeño huerto, se puede cultivar cannabis de alta calidad sin una gran inversión de dinero. Si tienes acceso a un huerto, balcón, terraza o azotea, puedes cultivar cannabis con éxito. Te contaré cómo cultivar en suelo abierto y hablaré de los distintos factores que hay que tener en cuenta.
Empecemos:

Factor 1: Clima
Es fundamental conocer las condiciones climáticas de tu región. El cannabis es muy adaptable a diferentes condiciones, pero no le gustan los cambios bruscos de tiempo. Las temperaturas cálidas superiores a 30 °C y las bajas inferiores a 12 °C provocarán la muerte o daños en las plantas. Las lluvias torrenciales y los vientos fuertes pueden romper ramas y reducir la producción, y el exceso de humedad puede provocar la aparición de moho, especialmente durante la floración. Además de las condiciones meteorológicas, debe saber cómo cambia la duración del día en su zona. Porejemplo, a 32° de latitud norte (San Diego) hay 14 horas de luz en verano, y a 47° de latitud norte (Seattle) hay 16 horas de luz.

Factor 2: Ubicación

La elección del lugar para el jardín es especialmente importante si plantas en terreno abierto. Tus plantas de cannabis deben recibir al menos 5-6 horas de luz solar directa al día, idealmente al mediodía, cuando la calidad de la luz es mejor. Si vives en una región con temperaturas diurnas superiores a 86°F, elige un lugar con sol directo a primera hora del día. Si vive en una región con vientos fuertes, intente encontrar un cortavientos: un muro, una valla o un arbusto grande le servirán. Si cultivas en un clima fresco, elige un lugar cerca de un objeto que retenga el calor: puede ser incluso una pared de ladrillo.
Por supuesto, querrás mantener tu cultivo en privado y seguro. La mayoría de la gente esconde y oculta sus plantas de vecinos y posibles ladrones. Intenta plantar detrás de una valla alta, arbustos, árboles, a menos que vivas en un lugar apartado. Recuerda que las plantas de cannabis de exterior pueden crecer hasta 15 pies o más, así que planifica en consecuencia.


Factor 3: Suelo
Los suelos arcillosos y pesados no retienen bien el oxígeno. Un mes antes de plantar, cava grandes agujeros para las futuras plantas de cannabis y coloca en ellos compost, estiércol y otros fertilizantes orgánicos. Esto proporcionará aireación y drenaje, así como nutrientes para las plantas. La tierra arenosa es fácil de trabajar. Se calienta rápidamente, pero no contiene nutrientes. Hay que cavar grandes agujeros para las plantas y añadir compost, musgo de turba y copos de coco. En climas cálidos, la tierra arenosa debe cubrirse con mantillo para retener el agua.
Una buena tierra es un medio de cultivo ideal. Se calienta rápidamente, retiene la humedad, tiene buen drenaje y contiene muchos nutrientes. La mejor tierra es oscura y desmenuzable: no necesita añadidos. Si realmente quieres asegurarte buenos resultados, haz análisis del suelo e infórmate sobre su pH.


Factor 4: Abono
El cannabis necesita fertilizantes durante su ciclo de vida: nitrógeno, fósforo y potasio. Utiliza fertilizantes comerciales si tienes una buena idea de cómo funcionan. Para los principiantes, es mejor comprar en la tienda soluciones nutritivas diseñadas específicamente para el cannabis. En la tienda puedes encontrar muchos fertilizantes naturales y orgánicos diferentes, como harina de huesos, harina de pescado, harina de algas. Prueba fertilizantes económicos. Puedes mezclar varios fertilizantes para proporcionar una nutrición adecuada a tus plantas.
De nuevo, si conoces tu suelo, puedes elegir el tipo y la cantidad de fertilizante. Si no conoces los indicadores del suelo, sé conservador: no apliques demasiado abono para no quemar las plantas. Puedes comprar supertierra. En cualquier caso, es algo más cara, pero tendrá todos los nutrientes necesarios. Cava grandes agujeros para tus plantas y rellénalos con supertierra.


Factor 5: Agua y riego
Al cannabis le encanta el riego abundante durante el periodo de crecimiento, especialmente durante los calurosos meses de verano. Las plantas de cannabis grandes utilizan hasta 10 galones de agua en climas cálidos. Si cultivas en lugares cálidos y áridos, excava embudos de drenaje o de agua. Si utilizas agua del grifo o de pozo, comprueba su calidad.
El agua puede contener altos niveles de minerales disueltos, que pueden acumularse en el suelo y afectar a los niveles de pH. Las plantas en macetas se secan mucho más deprisa que las que crecen en el suelo. Hay que regarlas todos los días. Las plantas que crecen en condiciones de calor y viento también necesitan ser regadas. Las altas temperaturas hacen que la planta se desarrolle a mayor velocidad.
Recuerda que regar en exceso es el error más común que cometen los principiantes. Compra un medidor de humedad del suelo barato, te ayudará a mantenerte informado.


Factor 6: Defender
Debes saber cómo proteger tus plantas de las tormentas y otros fenómenos meteorológicos que pueden dañarlas o incluso matarlas.

Cambios de temperatura:
Las temperaturas inferiores a 5°C pueden dañar la mayoría de las variedades de cannabis, así que si vives en un clima donde las heladas de finales de primavera o principios de otoño son habituales, utiliza algo para calentarlas.

Viento:
Los vientos fuertes pueden romper ramas y dañar los tricomas. Si tus plantas están en un lugar especialmente ventoso, es muy recomendable instalar algún tipo de protección contra el viento. Puede ser un muro de láminas de plástico.

La lluvia:
La lluvia es buena para el cannabis, aunque mucha lluvia suele considerarse una molestia. La lluvia puede dañar seriamente tu cultivo y causar moho durante la floración. Elige una variedad resistente al moho.

Varmint
Proteger el cannabis de las plagas puede ser todo un reto. De animales como ciervos y conejos, puedes construir una valla, y de insectos, apretar con una red. La mejor protección es mantener tus plantas sanas. Las plantas de cannabis son naturalmente resistentes a las plagas. Siembra las plantas lejos de otras flores, verduras y plantas ornamentales.

Comprueba a diario si tus plantas de cannabis presentan signos de plagas. Las infecciones son mucho más fáciles de tratar en una fase temprana. Una solución suave de agua y jabón puede detener la infección. En caso de que eso no funcione, hay muchos insecticidas orgánicos diseñados para el cannabis. Son bastante eficaces si se utilizan correctamente.
 
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